domingo, 4 de diciembre de 2011

Se ganó un lugar en el corazón

Por Diego Bertozzi.

Quizás por las esquirlas del descenso del 2010, por la ingrata participación en el ultimo Torneo del Interior y actuaciones de escaso vuelo futbolístico en la etapa clasificatoria del certamen en cuestión; este equipo de Argentino no había logrado ese idilio que suele unir a hinchas – equipo.

Sin embargo el fútbol tiene estas cosas: donde la brecha del odio al amor es casi milimétrica. Y viceversa. La contundencia de sus triunfos, la hombría de sus jugadores y el festejo visceral de sus simpatizantes tiñeron este ascenso en una conquista inigualable.

El ideario popular resaltará la jerarquía de Lucas Suárez, la estirpe ganadora de Matías Giammalva, el despliegue incansable de Xavier Nichea, la voracidad goleadora de Emiliano Bottacín, pero en realidad detrás de todos estos ciertos atributos hubo un equipo. Un grupo que jugó y puso lo que tuvo que poner en los partidos que así lo reclamaban.




Argentino es un campeón indiscutido. Sus números son irrefutables. Su cuerpo técnico encabezado por Pablo Natali quedarán en la posteridad. Ni el descenso del año pasado logrará opacar su labor. Son por lejos los más ganadores de la historia albirroja, que conoce de grandes equipos y enormes jugadores. Desde el 2006 a esta parte colocaron a Argentino como protagonista central de todos los campeonatos que disputó, incluso hasta en los certámenes de AFA, con cuatro vueltas olímpicas incluidas.

Salud campeones. Sus nombres quedarán grabados a fuego en los corazones de los todos los argentinistas hasta el día que cada uno de ellos respiren. Y no es obra de la casualidad, es mérito absoluto de ustedes.

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