martes, 22 de noviembre de 2011

La Columna de los Miércoles

En una semana histórica, en la cual cada día nos levantamos con una sonrisa en la cara por el recuerdo del domingo pasado, Alvaro Fraiz nos trae su columna en una edición especial, para imprimirla y guardarla en el cajón de las cosas importantes. Espero que la disfruten.

PARA TODA LA ETERNIDAD

Con motivo de este hecho, tan peculiar como glorioso e inolvidable, decidí que tenía que haber una "Columna de los Miércoles" alegórica. Pero cuando intenté empezar a escribirla me di cuenta que me tocaba la tarea más difícil. ¿Cómo puedo explicar con palabras lo que vivimos el domingo? ¿Cómo poder describirles la infinidad de sentimientos que nos hicieron reír, llorar, erizar la piel? ¿Cómo hacerlo?

¿Cómo contarles los nervios que sentí desde que abrí los ojos y me di cuenta que era el día, la desesperación de sentir que el tiempo no pasaba, que parecía que las 17:15 no llegaban nunca? ¿Cómo explicarles esos momentos previos cuándo veía cómo se llenaban las tribunas, con mi gente, con mis conocidos, con mis amigos, con ustedes, mis hermanos, mi familia albirroja? ¿Cómo poder describirles los rezos, las plegarias que se escuchaban, los deseos, las promesas, las predicciones? ¿Cómo hacerles entender la emoción y el orgullo que sentimos al ver a esos 11 héroes vestidos de rojo, que salían a la arena más hostil donde se pueda defender esta camiseta?


¿Cómo puedo hacer para que entiendan lo que es desconectarse del mundo, sentir que toda mi vida dependía de lo que pase con esa Nº 5 que empezaba a girar? ¿Cómo explicarles lo que se siente estar a un paso del paraíso y que esa pelota, al irse a centímetros del segundo palo, te ponga otra vez entre los mortales? ¿Cómo describirles la desolación, el pánico, el pesimismo que me invadió al ver salir a nuestro capitán en ambulancia? ¿Cómo lograr que comprendan la bronca, la impotencia y la indignación al ver cómo esa gente sin escrúpulos quería seguir jugando con nuestro 6 desparramado del dolor?

Díganme, ¿cómo puedo hacer para que me crean que cada pelota parada de ellos era como una cirugía a corazón abierto para mí?, ¿que el reloj parecía estático, que esos 45 minutos me parecieron días? ¿Cómo contarles lo que se siente volver a tomar aire, bajar la taquicardia, al oír el pitazo que nos mostró que estábamos a mitad de camino? Empecé a buscar en libros, textos, Fontanarrosa, Sacheri, Galeano, Benedetti, nada, absolutamente nada pude encontrar que me ayude a explicarles todas estas sensaciones que me invadieron el alma.

Y eso era sólo la mitad, porque si no supe cómo describirles lo del primer tiempo, ¿de dónde voy a sacar las palabras para explicar la desilusión, la amargura, la incredulidad, el desconsuelo, al ver que aquella pelota cruzaba, tan lenta como letalmente, nuestra línea de gol? Fue un momento horrible, pésimo, dónde mire a mi alrededor y había muchas caras largas, ojos bien abiertos, sorprendidos, manos tomándose la cabeza, como suponiendo que eso no podía estar pasando. Y esto se acentuó aún más cuando vimos que nos quedábamos con otro soldado menos. Y otro de los importantes, de esos que cuando las papas queman, agarra la olla sin dudar y va al frente. De esos que no les tiembla el pulso y que siempre tiene algo más para dar. Pero que esta vez, descontrolado por los nervios del momento, perdió la cabeza por un segundo y eso le costó la expulsión. Ese fue el momento en que tocamos fondo, volví a mirar a mí alrededor y otra vez la desazón era la imagen que reinaba.

Pero algo me decía que esto no iba a quedar así, juro que algo en el fondo me decía que algo iba a pasar. No se si mi mente se dejó llevar por la influencia de las típicas películas yankees, pero sabía que algo iba a pasar. Porque soy un convencido que cuando uno es mala gente las cosas no le pueden salir bien. Y entonces llegó la segunda expulsión. La del rival, que ni siquiera me interesa nombrar. En ese momento volví a mirarnos, y la vista era otra. Se veían ojos de esperanza, de fe, gargantas que se volvían a estremecer, cuellos que se volvían a tensionar, tablones que volvían a sacudirse, los brazos que volvían a agitarse, los bombos a marcar el ritmo, hombres, mujeres, niños, todos volvíamos a creer. Y cuando uno cree que puede, ya dio el primer paso para poder.

Y pudimos, porque fue ahí cuando vivimos el momento más inexplicable de todos, ¿cómo se puede explicar el delirio, la demencia? ¿Cómo hacer que me entiendan que ver esa red que se inflaba a lo lejos fue la puerta a la locura, a la algarabía, al llanto de emoción, a secarse las lágrimas con la camiseta mientras le dábamos el beso más cargado de amor que un hombre puede dar?


¿Cómo poder contarles lo que se sintió con esos abrazos que nos dimos, de desahogo, de felicidad, de descarga? ¿Alguien podrá entenderme lo que es sentir que un niño, de unos 12 años, te abrace emocionado y se seque las lágrimas en tu camiseta? ¿Sentirle cómo suspira y busca aire mientras te abraza tan fuerte que no podes creer que esos bracitos tengan esa fuerza? ¿Y después volver los dos a mirar la cancha y gritar desaforadamente "rojo de mi vida"? Son cosas que no sé, sinceramente, cómo describirlas. Al igual que el segundo gol, el de la seguridad, el definitivo, el fatal, el que terminó de silenciar las pocas voces que quedaban de un lado y de desatar la fiesta del otro. Ese que sirvió para que quede claro que no es casualidad, que realmente somos mejores. Ese que nos permitió empezar a cantar "dale campeón" sin miedos a yetas ni a imprevistos.


Entonces me vuelvo a preguntar, ¿hay alguna forma de explicar con palabras eso que vivimos? Dar la vuelta en el lago, festejar ahí, la caravana por toda la ciudad, afuera del club, en el country. La alegría que todavía sigue como cuando apenas había terminado el partido. ¿Hay manera?

Y me doy cuenta que no. Que la mente humana no está preparada para comprender lo eterno, lo infinito. Así como nos es imposible comprender que el universo sea infinito, la eternidad, el "para siempre", no entra en nuestra cabeza. No voy a buscar más explicaciones, ni palabras, es en vano. Lo eterno no se puede entender, sólo se puede sentir. Cómo lo sentimos nosotros el domingo. Sólo los que lo sentimos entenderán de qué les hablo. Sólo los que sentimos esa alegría inconmensurable comprenderán de qué se trata la inmortalidad.

Porque la vuelta en el lago, ese 20/11/2011, va a quedar marcado a fuego, para siempre, por los siglos de los siglos… para toda la eternidad.


Fotos: La Info Semanal, Eduardo Oyola y Hernán Merlos.

lunes, 21 de noviembre de 2011

ETERNO

¡Argentino campeón invicto del torneo Clausura! En la cancha de San Martín de Marcos Juárez, la Gloriosa Institución logró el BICAMPEONATO y por lo tanto el ASCENSO a la Divisional A. Además, estiró su racha a 31 partidos sin derrotas (récord absoluto de la liga Bellvillense) y abandona nuevamente una categoría que sin dudas le queda chica. Quedó demostrado esta temporada, en la cual disputó 34 partidos, ganó 25, empató 8 y perdió solamente uno.

Luego del 2 a 1 en el Country, un empate le alcanzaba al albirrojo para lograr su objetivo. Con un gran marco de público -aproximadamente 1500 del visitante y algo menos del local- daba inicio el partido cuando el cielo, que amenazó durante toda la previa, comenzaba a despejarse transitoriamente.



En el primer cuarto de hora fue el local quien manejó la pelota, intentando llegar al arco de Lucas Suárez, pero no tuvo éxito. Desde allí hasta el final del primer tiempo, se revirtió la situación, Argentino fue el protagonista y tuvo dos situaciones de gol que se fueron a centímetros del palo derecho de Di Yenno. Gustavo Rodríguez, si bien ganó nuevamente el mano a mano ante Balbuena, no conseguía terminar bien las jugadas y quien más lo sufrió fue Emiliano Bottacín. Matías Giammalva llegó al área para conectar un tiro libre ofensivo y sufrió un fuerte golpe en la caída contra los límites de la cancha. Tuvo que ser asistido y trasladado en ambulancia. Argentino perdía a su capitán y defensor más importante, sobre todo en juego aéreo. 



En los primeros minutos de la segunda mitad, otra vez se salvó el arco celeste luego de un golpe de cabeza de Monito que sobrepasó al arquero adelantado y el travesaño evitó que entrara al arco. San Martín también tuvo un par de ocasiones muy peligrosas, una de ellas contenida por Lucas Suárez y otra desperdiciada insólitamente por Buzzi de cabeza con el arco libre.



A los 15 minutos llegó el primer gol de la tarde. Como no podía ser de otra manera, de pelota parada. Maximiliano Castro, de muy buena pegada, puso la redonda en el corazón del área y nadie pudo evitar que luego de algún toque, entre despacito contra el palo derecho de Lucas Suárez. Para colmo, unos instantes después se va expulsado José Rodríguez y la historia se complicaba. Sin embargo, la roja a Siegenthaler equilibró la cuestión y se abrió el panorama. De todas maneras, el desarrollo trabado en los costados sumado a los intentos por sacar pelotas de la cancha hacían pasar el tiempo.



A los 37 minutos, muy cerca del final y ante toda la euforia del público local por llevar la definición a un tercer partido, apareció Xavier Nichea para colgar la pelota de un ángulo, silenciando a todos los albicelestes. Un golazo de otro partido el de este jugador que convirtió un solo gol este año, pero seguramente será el más recordado. Pero había más, porque a los 43' Gustavo Rodríguez cerró un gran año y le quitó a los locales la esperanza de una hazaña, tocando suave al segundo palo.


Locura total en la parcialidad visitante, que media hora antes veía complicadas las chances de remontar el resultado y ahora era todo felicidad. En frente, las caras de la derrota, de brazos cruzados, mirando para arriba las bombas y fuegos artificiales que ya empezaban a aparecer, no pudiendo creer lo que había pasado y cómo su clásico rival era campeón en su propia cancha, allí donde también dio la vuelta olímpica Villa Argentina.

Así tenía que ser, era lo que faltaba para terminar con una discusión absurda. San Martín, uno de los pocos clubes que jugó todas las temporadas en la Divisional B, que ganó un sólo título en 60 años, se nos reía en la cara después de algún clásico de verano o en nuestro descenso del año pasado. Ahora quizás asciendan jugando la promoción ante Talleres de Ballesteros, ojalá que así sea por el fútbol de la ciudad, pero a partir del 20 de noviembre de 2011 ya no quedan dudas: Argentino es el más grande de la ciudad.


Fotos: La Info Semanal.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Un paso menos

Argentino comenzó bien la definición del Clausura de la liga Bellvillense. Venció 2 a 1 con goles de Emiliano Bottacín a San Martín de Marcos Juárez en la primera final disputada en la cancha de la Gloriosa Institución. Con un marco de público que no se veía desde hace muchos años en un clásico, el Country se vistió de fiesta una vez más para presenciar una final histórica.

Fotos: Felipe Agusti
Fue un buen partido para los hinchas neutrales, lo que se traduce en sufrimiento para los parciales, ya que hubo llegadas peligrosas en ambos arcos. Durante el primer tiempo, el Albirrojo tuvo el control de la pelota y se jugó un poco más en campo visitante, aprovechando el buen desempeño de Gustavo Rodríguez en el ataque por los costados. De esa manera llegó el primer gol a los 12 minutos en los pies de Emiliano Bottacín, que se hizo lugar pisando el área chica y definió bien ante la salida de Di Yenno.


El resto del primer tiempo fue muy atractivo: San Martín, a través de las pelotas paradas al igual que el último clásico, hizo peligrar el cero en la valla de Lucas Suárez pero los palos y la defensa negaron el empate; del otro lado, Emi Bottacín pudo haber ampliado la diferencia en un par de ocasiones claras, una tras un centro de José Rodríguez y pase atrás del Pescado, otra tras una corrida y remate que se fue cerca del palo derecho del arquero. No obstante, el árbitro marcaba el entretiempo sin cambios en el marcador.

En los 45 minutos finales, San Martín se adelantó buscando la igualdad, pero quien mandó la pelota a red primero fue nuevamente Pincel Bottacín con un toque cruzado de zurda, asistido por José Rodríguez desde la derecha en el arco de las vías. No duró mucho esa ventaja de dos goles, porque algunos minutos después Gonzalo Fernández descontó tras una linda pared y definiendo sobre el cuerpo de Suárez. De allí en más, la defensa de Argentino cumplió su tarea con creces y sacó todo lo que se acercó al área. Se sufrió mucho el final, pero todo terminó bien.


Al igual que en la 4ta fecha de este campeonato, los jueces dejaron mucho que desear. Darío Españon fue el encargado de impartir justicia, pero no lo logró del todo, además del juez de línea más cercano a la gente visitante, que interpretó algunas jugadas según el color de camiseta.

¿Algo para corregir? Tratar de no cometer faltas innecesarias en nuestro campo. Es la vía de ataque más importante para San Martín y con la que ha logrado sus jugadas más importantes.

Con este resultado, Argentino se aseguró al menos llevar la definición a un tercer partido. San Martín deberá ganar en su cancha por cualquier resultado, de lo contrario la Gloriosa Institución será el campeón del Clausura y ascenderá directamente a la Divisional A de la liga Bellvillense.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Se viene

Estamos ante los partidos más trascendentales de la historia del fútbol de Marcos Juárez. Quizás no sean los más importantes a nivel deportivo para Argentino, porque se trata de la final de un torneo de segunda categoría de una liga regional, lejos de ser comparable con memorables momentos de las décadas del '80 en Provinciales y torneos de tercera división nacional como el Torneo del Interior de aquella época, sin embargo el impacto emocional que tendrá esta final será enorme. Sobre todo por un dato clave: es la primera vez que se enfrentan en una instancia como ésta. Sólo podríamos ubicarlos al lado del cierre de La Caldera, aunque en un escalón más arriba.

Luego de haber derrotado a Villa Argentina en una durísima semifinal en la que la ventaja deportiva definió la cuestión, la Gloriosa Institución buscará consagrarse también campeón del Clausura para lograr el ascenso esperado. En frente tendrá a un equipo que llega en un gran nivel y ve con buenos ojos la posibilidad de abandonar la Divisional B por primera vez.

Como lo confirmó el Dr. Marcelo Lovera en estos días, Argentino eligió -con la posibilidad de hacerlo que se ganó legítimamente- disputar el primer partido en condición de local. ¿Fue una decisión inteligente? Habrá quien piense lo contrario, pero yo creo que sí. Argentino tenía todo por perder: es el mejor equipo del año y probablemente el de mayor presupuesto, puntero en todas las tablas, campeón del Apertura e históricamente con más tradición y logros a nivel futbolístico que el rival, lo que se traduce en presión extra sobre los jugadores definiendo de local. ¿Fue una decisión acertada? Ya lo veremos. Puede que ocurra todo lo contrario y el domingo en el Country las cosas salgan mal. En ese caso habrá que conseguir un buen resultado de visitante en una cancha difícil.

Foto: Semanario Deportivo Tr3s
Aclarando el panorama: ¿Cómo se define la final? Se disputan dos partidos y en caso de haber igualdad en puntos, se recurre a un tercer partido a disputarse también en Marcos Juárez, por acuerdo de ambas partes. En este encuentro, en caso de empate, se tendrá en cuenta la diferencia de gol y si aún así continúan empatados, Argentino será el ganador por contar con la ventaja deportiva.

Desde ya alentamos desde este lugar la fiesta en las tribunas y la ausencia total de la violencia para poder disfrutar de un partido histórico, seguramente presenciado por mucha gente, quizás una de las máximas convocatorias de los últimos 20 años en nuestra ciudad.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Dame luz

Desde su inauguración hace poco más de 5 años hasta hoy, nuestra cancha de fútbol en el Country ha ido mejorando poco a poco. Sin embargo, hay un punto importante que todavía falta: la iluminación. En eso trabaja el GIPOC (Grupo Independiente Para Obras del Club) desde hace un tiempo y el próximo sábado organiza una cena para dar un paso más en el camino de poder ver las torres de pie para iluminar el verde césped sobre el cual nuestro querido albirrojo jugará otra final este fin de semana.

¡No podés faltar!